dimecres, de juliol 25, 2007

TAXATION WITHOUT REPRESENTATION

El título evoca un viejo principio de la cultura liberal anglosajona. Primero lo utilizaron los parlamentarios contra los Estuardo durante la Guerra Civil inglesa. Luego, los patriotas norteamericanos lo emplearon, a su vez, contra los ingleses. Eso sucedió durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Ahora este es el eslogan que algunos ciudadanos de Washington DC han incorporado en sus matrículas de coche. Con ello quieren reclamar el derecho de voto que curiosamente se les niega en algunos de los comicios electorales a los que los norteamericanos son sometidos (allí se vota todo: el presidente, los congresistas, los senadores, el sheriff, los jueces, los fiscales, los diputados del Estado, el alcalde… eso sí, el porcentaje de participación oscila entre el 15% y el 40%, dándose éste último de forma excepcional).

Los washingtonianos, en cambio, no tienen congresistas. Puesto que los miembros de la Cámara de los Representantes ejercen la representación de los Estados federados y el Distrito de Columbia no es propiamente un Estado, se quedan fuera de esta cámara, así de simple. Esta limitación democrática no va acompañada de otras prerrogativas, como podría ser, por ejemplo, no pagar impuestos (de ahí la expresión: taxation without representation). Está claro que la solución, a mi modo de ver, tampoco pasaría por tomar esta medida.

Hay otras razones que se pueden argüir para intentar explicar por qué persiste esta situación. Más allá de la jurídico-constitucional expuesta (no estamos propiamente frente a un Estado), hay otras razones, aunque tampoco creo que aporten argumentos sólidos que justifiquen el mantenimiento de la actual irregularidad para los ciudadanos de Washington DC. La concepción federal del país podría hacer pensar que aquellos ciudadanos que viven donde físicamente se sitúa el poder de la Federación ya tienen capacidad de influencia y otros mecanismos para llegar al poder “real”. Así pues, se haría innecesario el tener congresistas que defendieran sus propios intereses cuando lo podrían hacer de forma directa. ¿Alguien puede creerse de verdad eso?

Con todo, permitidme que plantee mi propia tesis y que no es otra que la que asumen la mayoría de los washingtonianos que reclaman representación en el Capitolio. Washington DC ha sido y es abrumadoramente Demócrata, y tal y como está el reparto de poder en estos momentos dentro de la Unión, atribuirle dos congresistas serí tanto como regalárselos al Partido Demócrata, algo que los Republicanos en retirada no están dispuestos a permitir.

Os animo a que entréis en la página web de la principal asociación impulsora del derecho a voto de los ciudadanos de Washington DC, en ella encontraréis más información, documentos y la actualidad sobre el tema: http://www.dcvote.org/. También podéis participar en todas las campañas que organizan…