dilluns, d’octubre 08, 2012

LA POLÍTICA LO HACE POSIBLE





De un tiempo a esta parte las buenas noticias no han dejado de llegar desde Euskadi. Tiene especial valor ahora, cuando estas no abundan debido a la crisis y sus graves consecuencias. No voy a incurrir en el error de idealizar aquello que se observa desde la distancia, entre otras cosas porque no la siento así. No en balde quiero seguir compartiendo un espacio político común que nos permita seguir trabajando juntos. Por todo ello, voy a aportar la mirada de quien ve el bosque desde fuera, aprovechando la oportunidad que ofrece esta circunstancia.

¿Cómo se perfila ante mis ojos la Euskadi de hoy? Primero, como un lugar donde hay más libertad desde el fin del terrorismo. Aquellos que no hemos vivido la violencia en propia piel no somos capaces de dimensionar en sus justos términos lo que su fin ha supuesto. Se ha conseguido además sin ningún intento de capitalización del éxito y se ha priorizado así el éxito social al rédito electoral.

Segundo, es un territorio con más crecimiento económico debido a un esfuerzo colectivo. Todos -poderes públicos, empresarios y trabajadores- han hecho de la innovación y de la inversión en investigación ejes esenciales de su actuación. Ha habido acierto en la identificación de dónde se encontraba el valor añadido y cómo el captar conocimiento y apostar por los avances tecnológicos debían ser incorporados como prioridades.

En tercer lugar, ha sido posible, en consecuencia, una mayor cohesión social. Ese modelo económico más competitivo volcado en la generación de riqueza ha revertido después en la ciudadanía y su bienestar. Se ha mantenido una inversión social sobre el PIB en la media de la Unión Europea, muy por encima del resto de España; se prevé una renta básica de ciudadanía; hay un desempleo muy por debajo del resto del Estado, entorno al 12%. Y, además, el sistema educativo tiene unos resultados envidiables.

Cuarto, se ha trabajado para construir más sociedad y más ciudadanía. Lo mejor del Gobierno del lehendakari Patxi López han sido los intangibles: aligerar la atmósfera política con su “desnacionalización” y discutir sobre lo esencial: la política social, educativa, industrial o de inversión en innovación en una suerte de secularización de lo público frente a los que trasladan las reglas teológicas a la política.

Con todo, lo más destacable de la imagen que proyecta hoy Euskadi es que ha logrado estos activos sin deslumbramientos partidistas, ni acciones grandilocuentes. Ha sido consecuencia de algo que escuché a Felipe González cuando afirmaba que la política es “el arte de gestionar el espacio público que compartimos”. Y es que estos años de gobierno que han cambiado la faz de Euskadi han reflejado una concepción de la política en que las prioridades han descansado sobre la tenacidad en el trabajo; la búsqueda de la igualdad de oportunidades y la justicia social; la consagración de una libertad de todos y para todos, y siempre fiel al ideario del republicanismo cívico que sitúa al ciudadano en el corazón de las decisiones políticas.

Publicado el 5 de octubre de 2012 - Periódico Deia