dijous, de desembre 13, 2007

PER QUÈ SEMPRE OBLIDEM LA POLÍTICA DE DEFENSA?



Sembla que és un bon moment per parlar de la política de defensa, per diferents motius:

  • perquè escapa a la conjuntura


  • perquè és (o hauria de ser) una política d’Estat (també és cert que aquesta legislatura no ho ha semblat)


  • perquè no dóna (ni treu) vots, amb la qual cosa se’n pot parlar sense condicionants, ni contaminants, no tenint al cap res més que l’interès superior, l’interès general dels ciutadans espanyols, d’Espanya i també de la política internacional i els interessos dels ciutadans d’arreu del món.

No ens podem enganyar, els conceptes de seguretat, defensa, solidaritat, relacions i col·laboració amb tercers països, ajut humanitari... en abstracte, són conceptes pacífics, compartits per tothom, però quan baixem a parlar de casos i coses concretes ja sembla més complicat posar-se d’acord. En aquest àmbit és indiscutible que tots els partits polítics tenim la responsabilitat d’exercir un cert grau de pedagogia amb la societat i no caure en el raonament maniqueista de:

Forces Armades = dolent
ONG’s = bo

El seminari celebrat per la Fundació Jaime Vera els dies 10 i 11 de desembre és un exemple excel·lent d’aquesta pedagogia i esforç per part del partit socialista. Per cert, el dia 10 de desembre vam commemorar el dia Universal del Drets Humans.

Hi ha segurament un element cabdal, del qual depèn en gran mesura l’èxit de qualsevol operació internacional, que és la vinculació civil-militar. La cooperació dels militars amb la societat civil del país on s’està actuant es mostra com un element d’aproximació fonamental. Que els especialistes i representants de les dues bandes en sintonia puguin aprendre i entendre’s mútuament farà amb tota seguretat que es pugui arriba a resultats òptims. I què és allò òptim quan fem l’avaluació de la cooperació civil i militar? Doncs sembla que involucrar a la població del país, sent el test de l’acceptació el test de l’èxit.

Si hi ha formació de soldats nacionals perquè entenguin que la defensa de la seva població també va amb ells, si hi ha contractes per a participar en la construcció de noves infrastructures o la reconstrucció del que s’ha destruït, si hi ha ajut a la formació de professionals com mestres o metges que s’ocupin de les generacions que venen i si hi ha una conscienciació de l’elit governant perquè treballin per a la consolidació i enfortiment institucional del seu país hi haurà avanç... si no, no.

En aquest sentit, les nostres tropes a l’Afganistan estan explorant la possibilitat de formar soldats afganesos per tal que s’ocupin de la protecció de part de la regió assignada al PRT gestionat per Espanya.

D’altra banda, també cal destacar la feina feta per l’empresa pública de construccions i serveis, TRAGSA, que contracte afganesos per totes aquelles obres que estan desenvolupant sobre el terreny. Així, a més de les relacions positives que impliquen aquests contractes també es dóna una injecció econòmica a famílies del país que pot ajudar de mica en mica anar creant un entramat social fonamental per a qualsevol Estat.

Finalment, sens dubte, és obligat que destaquem la feina duta a terme per l’AECI, amb un compromís clar per a la millora de la vida dels ciutadans afganesos que porten dècades patint la desestabilització política o directament la guerra. Els temes prioritaris en els que s’està invertint són:
1. infrastructures,
2. salut,
3. aigua i sanejament,
4. educació i
5. agricultura i regadius.
De forma transversal, però, no podem deixar d’esmentar dos temes que cal tenir sempre presents: l’enfortiment institucional que farà a la llarga que sigui possible el manteniment de tot el que es faci i la qüestió del gènere, treballant també perquè la dona pugui ser considerada com una ciutadana en igualtat de drets.

Per tot això és fonamental saber prioritzar i concentrar els esforços. Fixar-nos objectius erronis pot portar al fracàs més absolut.

dimecres, de desembre 12, 2007

DEL BIENESTAR A LA JUSTICIA


Fue un auténtico regalo que José Antonio Pérez Tapias me invitara a presentar su libro, ya que en los tiempos que corren es difícil encontrar libros que nos hagan preguntarnos cosas e incluso replantearnos algunas cuestiones. En este sentido quiero felicitar también a la editorial Trotta por el acierto de su publicación.
El libro de José Antonio nos propone una orquilla de reflexión, un espacio para la interrogación que va del Bienestar a la Justicia (¡¡¡¡casi nada!!!!)
Por que digo esto: porque lo más importante de su libro, por lo menos desde mi punto de vista, ha sido que me ha transmitido de forma clara la necesidad que tenemos de repensar la UTOPÍA. Al menos, para aquellos que nos consideramos de izquierdas.
José Antonio no lo dice expresamente en su libro, aunque a lo largo de sus páginas emerge la melodía de fondo que casi como un susurro nos plantea algo que ya los filósofos en la antigüedad denominaban una aporía, y que no es otra que preguntarnos porque no hoy, después de la terrible experiencia del s. XX, porque no sigue siendo posible la utopía.
En este sentido, si admitimos la definición que Paul Ricoeur nos ofrece de la utopía al concebirla como una exploración de lo posible frente a la aceptación de lo dado (pudiendo entender lo dado como la ideología) entonces, no debe de extrañarnos que en el siglo de la globalización y de la sociedad del riesgo sea más imprescindible que nunca un aliento de esperanza y de ilusión, una búsqueda de una posibilidad de justicia en medio de un planeta que en tiempo real nos muestra toda la brutalidad y el dolor en el que se hallan sumidos miles de millones de seres humanos.

¿Tenemos que aceptar como dado el mundo en el que vivimos?
¿Tenemos que aceptar como dada
La injusticia
La intolerancia
El hambre
La marginación
La violencia que marcan el día a día de tanta gente?

Creo que no, creo que los maestros de la sospecha a los que recurre José Antonio para descubrirnos la ambivalencia de la modernidad y de sus consecuencias económicas, sociales y políticas no nos permitirían que tiráramos la toalla.

No lo admitiría el Marx del Manifiesto que nos reveló el estremecimiento que recorrió Europa cuando el pueblo reclamó tras la Revolución de 1848 su derecho a la justicia

Ni tampoco el Nietzsche del Zaratustra legendario que el autor empleó para azotar la violencia silenciosa que imponía la moral de la burguesía.

Si fuéramos fieles a la sinceridad de estos autores que con razón reivindica José Antonio es difícil negarse a admitir que a pesar de los excesos totalitarios a los que condujo una interpretación equivocada de la utopía en el s. XX no siga siendo necesario en esta era del vacío, en este imperio de lo efímero (y tomo estas expresiones de Gilles Lipovetsky) la reivindicación de la utopía.

En este sentido, creo que como bien apunta José Antonio la izquierda puede encontrar un apoyo imaginativo y sensible a su anhelo utópico en la obra de Walter Benjamin. Pero no sólo en realidad para la izquierda, sino también para una sociedad que en muchos sentidos se siente perdida, desorientada, repleta de incertidumbres o con miedos…

En él, en Benjamin, confluye el espíritu crítico y la insatisfacción hacia la injusticia que constituye el corazón de la izquierda.

Una izquierda en la que se entrecruza el legado moderno, científico y racional que sabemos que estaba en el pensamiento de Marx a pesar de sus errores. Pero un pensamiento también en el que la portentosa radicalidad autocrítica y poética de Nietzsche dio sus frutos entrado el s. XX de la mano de la obra de un autor, como Benjamin.

Para terminar sí que querría destacar uno de los elementos más importantes que a mi modo de ver entraña este libro: el plantear desde la abstracción filosófica y no desde la coyuntura de actualidad, desde el Pensamiento en mayúsculas unas bases conceptuales sólidas que refuerzan aún más el sentido último de nuestra acción política. Os recomiendo muy sinceramente la lectura de esta gran obra.

dijous, de desembre 06, 2007

¿NOS TOMAMOS EN SERIO LOS DERECHOS HUMANOS?


Me van a permitir que en este tramo final de legislatura haga una reflexión general sobre actitudes en relación con la Política Exterior del Gobierno a través de iniciativas parlamentarias presentadas por el PP para hablar concretamente y supuestamente de Derechos Humanos.

No escapa a nadie la falta de consenso en materia de Política Exterior entre los dos grupos mayoritarios de la cámara, el que da apoyo a la acción del gobierno (grupo socialista) y el principal de la oposición (grupo popular), de la misma manera que no escapa a nadie, incluso, diría que nadie discute la necesidad que ha habido durante estos 4 años de acercamiento, de diálogo, de consenso, en una política de Estado como es la que nos ocupa.

Esa es la dirección en la que a mi modo de ver debemos empezar a caminar, para empezar a construir un nuevo enfoque para los próximos 4 años: por sensatez, por obligación, por responsabilidad y por demanda social.

Sin embargo, una vez más la semana pasada el PP nos regaló una proposición no de ley en la Comisión de Exteriores que justamente va en la dirección contraria. Una iniciativa que en su exposición de motivos dice que “lamentablemente la política exterior del Gobierno, en lugar de estar marcada por los objetivos de la promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos está sesgada a unas vinculaciones ideológicas…”

No me voy a detener en ofrecer argumentos que contradigan esta afirmación totalmente falsa, por todos son conocidas las muchísimas declaraciones y acciones del gobierno y del Ministro de Exteriores y de Cooperación que la desmienten, así como la existencia también de iniciativas parlamentarias del grupo socialista que muestran sensibilidad, preocupación y ocupación por este tema. Podemos tomar como ejemplo algunas de las proposiciones que en esa misma sesión de la Comisión vimos.

Del PP, en cambio, hemos debatido 12 PNL sobre derechos humanos 8 en comisión y 4 en pleno, 7 sobre Cuba y 5 sobre Venezuela… pero no claro, eso no es obsesión ideológica, es conciencia y sensibilidad por la materia en el mundo… me temo que redactaron la exposición de motivos pensando en la concepción que ellos tienen de los derechos humanos: como una materia que se usa simplemente para generar enfrentamiento.

Usar la descalificación y el insulto, como hacen algunos diputados de la oposición no es sólo poco edificante y decepcionante para los ciudadanos, sino que además es contraproducente para el trabajo constante, tenaz y riguroso que El Congreso de los Diputados debería ejercer en materias tan sensibles como es la búsqueda del respeto de los derechos humanos por parte de todos los Estados del planeta.

Miren, creo fervientemente que si hay un concepto de política exterior que merece nuestra aproximación, nuestra máxima responsabilidad es el de derechos humanos. Mal favor le hace el PP aplicando el politiqueo partidista… Si el objetivo es conseguir una denuncia de la vulneración de derechos humanos en algún país el grupo socialista está dispuesto a respaldar esa iniciativa, pero debe presentarse ésta en condiciones, que deje la crítica política a un lado y que denuncie lo que nos importa a todos: que es la vulneración de los Derechos Humanos. Por cierto, se ha hecho con Cuba, se ha hecho con Irán, con Siria, con Rusia y se hecho también con Myanmar. El PP debe hacer de oposición exigente, debe de hacer de oposición crítica pero no plantear exposiciones de motivos demagógicas y textos que claramente no buscan ese consenso.

La Comisión de Exteriores tuvo una reunión la semana pasada con Amnistía Internacional que nos presentaba el Informe sobre Derechos Humanos que han elaborado: del grupo popular sólo asistió el Sr. López-Medel, lástima, ni portavoz, ni portavoz adjunto, ni ningún miembro de la mesa asistieron… del grupo socialista éramos 8. La verdad, era un buen momento para demostrar el interés, la sensibilidad y la preocupación por los derechos humanos.

En este Informe de Amnistía Internacional se destacaban las acciones positivas que este gobierno ha llevado a cabo:

1. el impulso al respeto de la legalidad internacional, firmando el protocolo contra la tortura,

2. el apoyo al sistema internacional de protección de derechos humanos de Naciones Unidas,

3. los trabajos desarrollados para contribuir a la abolición de la pena de muerte en aquellos países que todavía la mantienen (paradigmático es el caso de Filipinas) o

4. el control al comercio de armas.

Aún así, es cierto que Amnistía Internacional nos destacaba la necesidad de ser más exigentes y en este sentido el grupo socialista hace autocrítica, porque nunca es suficiente lo que se pueda hacer a favor de la democracia y de sus valores. Más exigentes, nos señalaba Amnistía internacional, concretamente con 4 países: Rusia, China, EEUU y Colombia. Curiosamente ¿saben cuántas iniciativas del grupo popular hemos discutido en el Congreso para hablar de estos 4 países? NINGUNA.

Sería un buen momento para dejar atrás los exabruptos y para que

· Trabajemos para una Declaración conjunta con motivo del día a favor de los derechos humanos, el 10 de diciembre.
· Trabajemos para una política conjunta de apoyo al gobierno, sea éste del color político que sea, a favor de los derechos humanos.
· Trabajemos juntos, para el objetivo último, para la transformación de la fealdad moral del mundo en justicia. (BELLEZA Y JUSTICIA)