Me van a permitir que en este tramo final de legislatura haga una reflexión general sobre actitudes en relación con la Política Exterior del Gobierno a través de iniciativas parlamentarias presentadas por el PP para hablar concretamente y supuestamente de Derechos Humanos.
No escapa a nadie la falta de consenso en materia de Política Exterior entre los dos grupos mayoritarios de la cámara, el que da apoyo a la acción del gobierno (grupo socialista) y el principal de la oposición (grupo popular), de la misma manera que no escapa a nadie, incluso, diría que nadie discute la necesidad que ha habido durante estos 4 años de acercamiento, de diálogo, de consenso, en una política de Estado como es la que nos ocupa.
Esa es la dirección en la que a mi modo de ver debemos empezar a caminar, para empezar a construir un nuevo enfoque para los próximos 4 años: por sensatez, por obligación, por responsabilidad y por demanda social.
Sin embargo, una vez más la semana pasada el PP nos regaló una proposición no de ley en la Comisión de Exteriores que justamente va en la dirección contraria. Una iniciativa que en su exposición de motivos dice que “lamentablemente la política exterior del Gobierno, en lugar de estar marcada por los objetivos de la promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos está sesgada a unas vinculaciones ideológicas…”
No me voy a detener en ofrecer argumentos que contradigan esta afirmación totalmente falsa, por todos son conocidas las muchísimas declaraciones y acciones del gobierno y del Ministro de Exteriores y de Cooperación que la desmienten, así como la existencia también de iniciativas parlamentarias del grupo socialista que muestran sensibilidad, preocupación y ocupación por este tema. Podemos tomar como ejemplo algunas de las proposiciones que en esa misma sesión de la Comisión vimos.
Del PP, en cambio, hemos debatido 12 PNL sobre derechos humanos 8 en comisión y 4 en pleno, 7 sobre Cuba y 5 sobre Venezuela… pero no claro, eso no es obsesión ideológica, es conciencia y sensibilidad por la materia en el mundo… me temo que redactaron la exposición de motivos pensando en la concepción que ellos tienen de los derechos humanos: como una materia que se usa simplemente para generar enfrentamiento.
Usar la descalificación y el insulto, como hacen algunos diputados de la oposición no es sólo poco edificante y decepcionante para los ciudadanos, sino que además es contraproducente para el trabajo constante, tenaz y riguroso que El Congreso de los Diputados debería ejercer en materias tan sensibles como es la búsqueda del respeto de los derechos humanos por parte de todos los Estados del planeta.
Miren, creo fervientemente que si hay un concepto de política exterior que merece nuestra aproximación, nuestra máxima responsabilidad es el de derechos humanos. Mal favor le hace el PP aplicando el politiqueo partidista… Si el objetivo es conseguir una denuncia de la vulneración de derechos humanos en algún país el grupo socialista está dispuesto a respaldar esa iniciativa, pero debe presentarse ésta en condiciones, que deje la crítica política a un lado y que denuncie lo que nos importa a todos: que es la vulneración de los Derechos Humanos. Por cierto, se ha hecho con Cuba, se ha hecho con Irán, con Siria, con Rusia y se hecho también con Myanmar. El PP debe hacer de oposición exigente, debe de hacer de oposición crítica pero no plantear exposiciones de motivos demagógicas y textos que claramente no buscan ese consenso.
La Comisión de Exteriores tuvo una reunión la semana pasada con Amnistía Internacional que nos presentaba el Informe sobre Derechos Humanos que han elaborado: del grupo popular sólo asistió el Sr. López-Medel, lástima, ni portavoz, ni portavoz adjunto, ni ningún miembro de la mesa asistieron… del grupo socialista éramos 8. La verdad, era un buen momento para demostrar el interés, la sensibilidad y la preocupación por los derechos humanos.
En este Informe de Amnistía Internacional se destacaban las acciones positivas que este gobierno ha llevado a cabo:
1. el impulso al respeto de la legalidad internacional, firmando el protocolo contra la tortura,
2. el apoyo al sistema internacional de protección de derechos humanos de Naciones Unidas,
3. los trabajos desarrollados para contribuir a la abolición de la pena de muerte en aquellos países que todavía la mantienen (paradigmático es el caso de Filipinas) o
4. el control al comercio de armas.
Aún así, es cierto que Amnistía Internacional nos destacaba la necesidad de ser más exigentes y en este sentido el grupo socialista hace autocrítica, porque nunca es suficiente lo que se pueda hacer a favor de la democracia y de sus valores. Más exigentes, nos señalaba Amnistía internacional, concretamente con 4 países: Rusia, China, EEUU y Colombia. Curiosamente ¿saben cuántas iniciativas del grupo popular hemos discutido en el Congreso para hablar de estos 4 países? NINGUNA.
Sería un buen momento para dejar atrás los exabruptos y para que
· Trabajemos para una Declaración conjunta con motivo del día a favor de los derechos humanos, el 10 de diciembre.
· Trabajemos para una política conjunta de apoyo al gobierno, sea éste del color político que sea, a favor de los derechos humanos.
· Trabajemos juntos, para el objetivo último, para la transformación de la fealdad moral del mundo en justicia. (BELLEZA Y JUSTICIA)
No escapa a nadie la falta de consenso en materia de Política Exterior entre los dos grupos mayoritarios de la cámara, el que da apoyo a la acción del gobierno (grupo socialista) y el principal de la oposición (grupo popular), de la misma manera que no escapa a nadie, incluso, diría que nadie discute la necesidad que ha habido durante estos 4 años de acercamiento, de diálogo, de consenso, en una política de Estado como es la que nos ocupa.
Esa es la dirección en la que a mi modo de ver debemos empezar a caminar, para empezar a construir un nuevo enfoque para los próximos 4 años: por sensatez, por obligación, por responsabilidad y por demanda social.
Sin embargo, una vez más la semana pasada el PP nos regaló una proposición no de ley en la Comisión de Exteriores que justamente va en la dirección contraria. Una iniciativa que en su exposición de motivos dice que “lamentablemente la política exterior del Gobierno, en lugar de estar marcada por los objetivos de la promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos está sesgada a unas vinculaciones ideológicas…”
No me voy a detener en ofrecer argumentos que contradigan esta afirmación totalmente falsa, por todos son conocidas las muchísimas declaraciones y acciones del gobierno y del Ministro de Exteriores y de Cooperación que la desmienten, así como la existencia también de iniciativas parlamentarias del grupo socialista que muestran sensibilidad, preocupación y ocupación por este tema. Podemos tomar como ejemplo algunas de las proposiciones que en esa misma sesión de la Comisión vimos.
Del PP, en cambio, hemos debatido 12 PNL sobre derechos humanos 8 en comisión y 4 en pleno, 7 sobre Cuba y 5 sobre Venezuela… pero no claro, eso no es obsesión ideológica, es conciencia y sensibilidad por la materia en el mundo… me temo que redactaron la exposición de motivos pensando en la concepción que ellos tienen de los derechos humanos: como una materia que se usa simplemente para generar enfrentamiento.
Usar la descalificación y el insulto, como hacen algunos diputados de la oposición no es sólo poco edificante y decepcionante para los ciudadanos, sino que además es contraproducente para el trabajo constante, tenaz y riguroso que El Congreso de los Diputados debería ejercer en materias tan sensibles como es la búsqueda del respeto de los derechos humanos por parte de todos los Estados del planeta.
Miren, creo fervientemente que si hay un concepto de política exterior que merece nuestra aproximación, nuestra máxima responsabilidad es el de derechos humanos. Mal favor le hace el PP aplicando el politiqueo partidista… Si el objetivo es conseguir una denuncia de la vulneración de derechos humanos en algún país el grupo socialista está dispuesto a respaldar esa iniciativa, pero debe presentarse ésta en condiciones, que deje la crítica política a un lado y que denuncie lo que nos importa a todos: que es la vulneración de los Derechos Humanos. Por cierto, se ha hecho con Cuba, se ha hecho con Irán, con Siria, con Rusia y se hecho también con Myanmar. El PP debe hacer de oposición exigente, debe de hacer de oposición crítica pero no plantear exposiciones de motivos demagógicas y textos que claramente no buscan ese consenso.
La Comisión de Exteriores tuvo una reunión la semana pasada con Amnistía Internacional que nos presentaba el Informe sobre Derechos Humanos que han elaborado: del grupo popular sólo asistió el Sr. López-Medel, lástima, ni portavoz, ni portavoz adjunto, ni ningún miembro de la mesa asistieron… del grupo socialista éramos 8. La verdad, era un buen momento para demostrar el interés, la sensibilidad y la preocupación por los derechos humanos.
En este Informe de Amnistía Internacional se destacaban las acciones positivas que este gobierno ha llevado a cabo:
1. el impulso al respeto de la legalidad internacional, firmando el protocolo contra la tortura,
2. el apoyo al sistema internacional de protección de derechos humanos de Naciones Unidas,
3. los trabajos desarrollados para contribuir a la abolición de la pena de muerte en aquellos países que todavía la mantienen (paradigmático es el caso de Filipinas) o
4. el control al comercio de armas.
Aún así, es cierto que Amnistía Internacional nos destacaba la necesidad de ser más exigentes y en este sentido el grupo socialista hace autocrítica, porque nunca es suficiente lo que se pueda hacer a favor de la democracia y de sus valores. Más exigentes, nos señalaba Amnistía internacional, concretamente con 4 países: Rusia, China, EEUU y Colombia. Curiosamente ¿saben cuántas iniciativas del grupo popular hemos discutido en el Congreso para hablar de estos 4 países? NINGUNA.
Sería un buen momento para dejar atrás los exabruptos y para que
· Trabajemos para una Declaración conjunta con motivo del día a favor de los derechos humanos, el 10 de diciembre.
· Trabajemos para una política conjunta de apoyo al gobierno, sea éste del color político que sea, a favor de los derechos humanos.
· Trabajemos juntos, para el objetivo último, para la transformación de la fealdad moral del mundo en justicia. (BELLEZA Y JUSTICIA)
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