dilluns, de febrer 22, 2010

EL CONSEJO DE EUROPA CON LA UNIÓN PARA EL MEDITERRÁNEO



La Unión para el Mediterráneo retoma con impulso renovado un proceso que viene de lejos, iniciado con el conocido Proceso de Barcelona: la búsqueda de la cooperación entre las dos riveras del Mare Nostrum.
La concepción de esta cooperación debería ser:

1. Bidireccional, de aportación mútua. No caigamos en la tentación de pensar que solo nosotros podemos aportar algo a la rivera sur, porque también de ellos tenemos mucho que aprender.
2. Equilibrada. No podemos caer en el paternalismo, ni en la ingerencia, pero tampoco podemos ser condescendientes en lo esencial, sino exigentes.
3. Priorizada, en cuanto a las ayudas, los programas y los objetivos. Es absurdo exigir en demasía a países que están en procesos de desarrollo y democratización.





El pleno del Consejo de Europa, como asamblea que tiene como prioridad la lucha a favor de la Democracia, los Derechos Humanos y el Estado de Derecho, buscamos que estos valores compartidos que nos permiten vivir en libertad y convivir en la diferencia lleguen a todas partes del planeta.

Este objetivo, por tanto, es bueno en sí. Con él tenemos, o deberíamos tener suficiente.

Pero además, tenemos interés directo en el caso del Mediterráneo: apostar por la mejora y la búsqueda de la igualdad con nuestros vecinos sin duda revertirá en un mayor bienestar colectivo, además de obtener una mayor dignidad como sociedad.

El Consejo de Europa ha ayudado a muchos países a transitar hacia regímenes democráticos, ¿por qué no también con los países mediterráneos? Su cercanía geográfica y su cultura compartida justifican la implicación de esta institución en este proyecto, una implicación que debe ser en todo caso coordinada con la Unión Europea. No se trata de competir entre organizaciones internacionales, ni pecar de ansia de protagonismo o de colgarse medallas: si somos capaces de trabajar juntos, avanzaremos más, más deprisa y mejor.

No volvamos a hacer grandes declaraciones sobre todo lo que vamos a hacer. Partamos de un análisis pormenorizado de cuáles han sido nuestros objetivos con el Proceso de Barcelona hasta ahora y cuáles los resultados alcanzados. Empecemos por autoexigirnos una rendición de cuentas y partamos con el reconocimiento de nuestros errores o limitaciones, porque solo así habrá pasos hacia adelante. Necesitamos diagnósticos claros. En base a a ese aprendizaje volvamos a fijar nuevas metas. No partamos de cero.

El Consejo de Europa tiene mucho que aportar, sobre todo en aquello que precisamente debería ser la base sobre la que empezar a construir: la existencia de instituciones y reglas democráticas que permiten desarrollar políticas propias en todos los ámbitos.

Estoy segura que desde la Presidencia española de la UE se va a facilitar e impulsar esta cooperación tan necesaria y será un trabajo que tendrá continuidad con las presidencias venideras.

dijous, de febrer 11, 2010

HAY OTRA OPOSICIÓN POSIBLE


El grupo popular en el Congreso se ha abonado a las propuestas demagógicas. Cada semana presentan algo del mismo tenor con un oportunismo y una falta de imaginación alarmante. Ni siquiera fueron los primeros en hacerlo. Primero fue el PNV y ahora se limitan a plagiar cada semana el tema para ver si ganan una votación y así poder aplaudir un minutito al final del pleno. No solo es infantil, sino que es patético.

¿De verdad no tienen ninguna iniciativa que valga la pena para discutir en el pleno? ¿sobre ninguna materia? ¿No se les ocurre nada constructivo para contribuir a la recuperación económica del país? ¿No son capaces de trabajar en la misma dirección y sintonía con el Gobierno, de sumar esfuerzos, de presentar mejoras a propuestas hechas?


La propuesta de reducir un 25% de altos cargos y asesores es demagógica, arbitraria e inviable. ¿Por qué el 25%? ¿Por qué no el 20 o el 30? ¿Por qué no mejor hacer desaparecer a los Altos Cargos? Los de los gobiernos socialistas, claro, porque lo que son los del PP se hinchan por semanas en las CCAA donde gobiernan.

Miren señorías, les voy a facilitar solo un dato: más del 79% de los Altos Cargos en estos momentos son funcionarios del Estado. Son trabajadores públicos que en cualquier caso seguirían trabajando en la Administración General del Estado. Por tanto, echar, echar, solo podríamos echar en todo caso, a menos del 25%. ¿Esa es su propuesta? ¿Crear unos cuantos parados más?


La crisis no se aborda con propuestas simplistas, porque su complejidad necesita respuestas también complejas, no demagógicas.

Seamos serios. Algunos datos importantes que debemos conocer:

. Cuando llegamos al gobierno modificamos el Decreto que marca el número de asesores por Ministerio. Lo redujimos de 7 a 5 (léase el Real Decreto 562/2004).

. Redujimos el gasto en publicidad institucional, aprobando una ley sobre la materia.

. En el año 2009 y 2010 ha habido congelación de los sueldos de los Altos Cargos.

. En 2009, se presentaron dos grandes recortes de gasto corriente por un valor de 1000 y 1500 millones de euros respectivamente.


. Ha habido medidas paliativas de choque contra la crisis económica como los Fondos de Inversión Local, ayudas a sectores industriales… pero también propuestas de reformas estructurales de calado (por cierto, no apoyadas por el PP, como las 3 leyes que transponen la directiva de servicios o la ley del suelo, o la ley de economía sostenible).

En esta dirección el gobierno ha presentado un Plan de Acción Inmediata para 2010 mucho más ambicioso, completo y racional que la iniciativa popular (¿o debería decir populista?). Se pide en él que la estrategia de austeridad seguida para la AGE se extienda a todas las Administraciones Públicas (Comunidades Autónomas y Entes Locales). Solo en la medida en que cada uno asuma su responsabilidad, evitaremos un deterioro adicional de la economía. En nuestra propuesta se insta al Gobierno a iniciar, con carácter inmediato, un proceso de reequilibrio de las cuentas públicas que incluya:

a) una reestructuración del gasto público en la Administración General del Estado y el sector público empresarial, que implique una revisión exhaustiva de los programas de gasto, y específicamente una reducción de los gastos de personal y del gasto corriente,

b) la adecuación de la estructura y organización de la Administración General del Estado a los principios de eficacia y economía en el gasto así como al reparto de las competencias establecido por el Título VIII de la Constitución y los Estatutos de Autonomía, suprimiendo, refundiendo o reestructurando los órganos que sea necesario,

c) la adopción de medidas urgentes que supongan para este mismo año una reducción del gasto inicialmente presupuestado equivalente al 0.5% del PIB,


Por el contrario, en las CCAA en las que gobierna el PP parece que les preocupa poco el aumento del gasto. Por poner algún ejemplo, en la Comunidad de Madrid el gasto presupuestado para los altos cargos se ha incrementado un 46% y el gasto en publicidad y propaganda un 130% o en la Comunidad Valenciana de 117 Altos cargos con el Presidente Lerma se ha pasado a 238 (un 103% más), por no hablar de la Diputación de Ourense o de Castelló…


Pero las contradicciones del PP no terminan en el demagógico porcentaje del 25%, o de hacer todo lo contrario ahí donde gobiernan, sino que lo más contradictorio de su discurso es dárselas de patrióticos cuando solo piensan en el poder.


Se llenan la boca de España pero ¿qué es España para ustedes? ¿Una banderita? Parece que sí. Pues miren, para mi España es su Presidente del Gobierno, su Gobierno, su cuerpo burocrático, las CCAA, las AAPP, los servidores públicos… su entramado institucional, en definitiva. No hace falta haber leído a Max Weber, para tomar conciencia de la importancia de las instituciones y de las estructuras que permiten tener y mantener un Estado democrático.

La defensa que practica el PP de un estado mínimo y de un sector público débil está demodé, porque un país se construye y se hace crecer con una Administración y unas instituciones fuertes, respetadas por todas las fuerzas políticas, eficaces y eficientes y al servicio de la ciudadanía (pienso en el servicio exterior de otros países de la Unió Europea, por ejemplo, en Gran Bretaña hay 14.900 personas o en Francia 16.000… lejos estamos de alcanzar estas cifras).

En plena crisis económica el PP trabaja para intentar generar una crisis institucional… la política de oposición que conciben no va más allá de esto, incluso les parece lo normal, y sin pudor así lo manifiestan: nos gritan desde la tribuna ¡váyanse! (como si la legitimación democrática no fuera con ellos) o nos dicen con todo descaro estoy aquí para intentar hacer caer el Gobierno, para criticarlo todo, para poner al Gobierno y al grupo parlamentario que sostiene al gobierno las cosas difíciles… pues miren, no. La oposición puede estar para otras cosas, se lo aseguro. Todo depende de la concepción de la que partan, la suya es equivocada, además de irresponsable y dañina para el país.

Los ciudadanos esperan de todos nosotros un esfuerzo compartido, no la confrontación, y menos, pantomimas parlamentarias como las que debemos sufrir cada semana.