dijous, d’abril 29, 2010


El pasado 13 de abril debatíamos en pleno sobre Cuba, igual que hemos hecho otras tantas veces esta legislatura: en mayo del 2008, junio, octubre, noviembre y diciembre de 2009 o febrero de este año.

Pero el pasado día 13 no solo debatimos sobre Cuba, sino que fuimos capaces de aprobar un texto con el consenso de la inmensa mayoría de esta Cámara, igual que pasó en el Senado, demostrando que si compartimos la lucha por la democracia, la lucha por los derechos humanos y la lucha por la libertad, también somos capaces de compartir una resolución que mande un mensaje inequívoco.

Podría recordarles que la lucha por la libertad es una de las señas de identidad del grupo al que represento, el grupo socialista: no solo para conseguir la libertad de otros, sino la de nuestro país. Así es que no vamos a admitir, porque es moralmente deshonesto, que nos acusen de actitud complaciente ante vulneraciones en materia de libertades y derechos humanos o de connivencia y relativismo en la defensa de la libertad, o nos acusen de pasividad.

En la posición del gobierno socialista no hay nada de eso. Puede que muchos discrepen en el método, pero eso no les autoriza a hacer tales afirmaciones.

Precisamente por nuestra experiencia, por nuestra memoria, sabemos, mejor que muchos, la importancia de dar mensajes de conjunto que fortalecen nuestra credibilidad.

Sí, nosotros creemos que la Comunidad Internacional debe actuar multilateralmente, mediante consensos, porque la actuación conjunta y unida le dará mucha más fuerza.

Y sí, también creemos que la unidad interna de las fuerzas políticas españolas, en especial en el caso de Cuba por los lazos históricos que nos unen a la isla, nos permitirá tener un mayor impacto de las posiciones que defendamos.

El PP dice buscar más presión contra el régimen cubano, pero lo único que buscan es usar como arma política partidista un tema tan trascendente como este. ¿Creen que puede haber una mayor y más intensa presión que una posición de acuerdo? Al PP, no le interesa la libertad y la democracia en Cuba, si no, respetarían los acuerdos alcanzados.

Conseguimos este acuerdo hace apenas dos semanas en el Congreso y también en el Senado, como ya he dicho, pero hoy, se busca reabrir el tema y, sinceramente, no creo que la comisión de exteriores esté para enmendar al pleno. Se busca reabrir el tema además sin ninguna justificación: han pasado tan solo unos días, y no ha habido ningún cambio que pudiera justificar debatir de nuevo lo acordado.

Porque el valor es el pacto, señorías, más allá de la literalidad de las frases, mantener la “llama”, es mantener la unidad.

Miren señorías, ninguna política con Cuba logrará acertar en el sentido de obtener de forma inmediata los frutos que todos deseamos para el pueblo cubano, pero lo que ha quedado meridianamente claro es que la técnica de la confrontación (por cierto, en la que el régimen cubano se siente como pez en el agua, porque es la única que conocen y la que avivan por conveniencia) la técnica de la confrontación, decía, defendida por los gobiernos populares no dio ni un resultado. Ni uno solo: hubo más presos políticos que nunca (la primavera negra de 2003 es un buen ejemplo de ello) y ni una liberación, ninguna apertura en reconocimiento de libertades, ningún avance en potenciar instituciones democráticas, NADA. Absolutamente nada.

A estas alturas, mi pregunta es por qué, por qué si compartimos el diagnóstico y compartimos los objetivos, aunque difiramos en el método, por qué si hemos sido capaces de, en algún momento, ponernos de acuerdo en transmitir un mensaje de unidad y hemos alcanzado un consenso, seguimos debatiendo un texto, por qué seguimos buscando un texto que ya hemos encontrado.

La Sra. Valenciano, portavoz socialista decía al final de su intervención en el pleno: “vamos a tratar de construir entre todos un texto que sea, de verdad, la expresión plural y mayoritaria de esta Cámara. Esa es nuestra propuesta, eso es lo que hemos pretendido con nuestra enmienda de sustitución y a ello convocamos a sus señorías”.

Pues bien señorías, ya tenemos un texto, tenemos ese texto que reclamábamos, el que aprobamos en el Pleno. Trabajemos todos en la dirección que éste marca para desarrollarlo, para conseguir que cada uno de los puntos aprobados por esta cámara, por una mayoría aplastante, se haga realidad. Ese es el auténtico sentido de Estado, del que tanto se habla y tan poco se encuentra y esa es la mayor presión que este legislativo puede ejercer.

¿Qué mayor paso adelante hay que un acuerdo?
Para conseguir la libertad de todos, hace falta la unidad de todos.
Mandar mensajes de apoyo continuo requiere el pacto, no romper el pacto.