dimarts, de juny 05, 2012

Gastos de Personal de la Administración General del Estado y Otras Administraciones Públicas




Señorías, en el titulo III de los Presupuestos Generales del Estado se establece el gasto de personal de la Administración General del Estado y en parte también de las otras administraciones públicas, la autonómica y la local, puesto que tiene varios preceptos básicos. En estos Presupuestos Generales del Estado se les pide de nuevo un gran esfuerzo a los funcionarios y a todos los empleados públicos. Se dice que solo se les congela el sueldo, pero todos sabemos que hay una pérdida real de poder adquisitivo; no solo debido a la subida del IRPF o a la prohibición de aportaciones a planes de pensiones, sino también a otras afectaciones por la nueva regulación, por ejemplo, en sanidad o en educación. De hecho, con los datos en la mano podríamos decir que este título III tiende a la extinción; igual que ustedes harían desaparecer las administraciones públicas, también harán desaparecer pronto el título III de gastos de personal de los Presupuestos Generales del Estado. Pero precisamente por esa coyuntura absolutamente excepcional y por solicitar ese esfuerzo a los empleados públicos, pensamos que más que nunca el Gobierno debería poner en valor el trabajo imprescindible que desarrollan y que acometen cada día con profesionalidad todos los empleados públicos. El Gobierno debería poner el máximo esfuerzo para prestigiar a los trabajadores del sector público y no jugar a la confrontación con el sector privado. Este título III es la base, el fundamento para garantizar un sector público fuerte, un sector público capaz de afrontar las necesidades de los ciudadanos que menos tienen y un sector público capaz de garantizar la prestación de servicios públicos básicos. Desde el Grupo Parlamentario Socialista pensamos que el título III que presentan en estos presupuestos no responde a estas demandas. Entre otras cosas, la obligación de mantener una oferta de empleo público del 0 % no ofrece en absoluto esas garantías de un sector público fuerte que dé respuesta a los más necesitados y que dé garantías de prestación de servicios públicos.

En materia de administraciones públicas son muchos los retos que tenemos por delante. Algunos, es cierto, vienen dados por la coyuntura de crisis económica, pero otros son de carácter estructural. Por eso, el ejercicio de responsabilidad que debe hacer el Gobierno es imprescindible. Desde el Grupo Parlamentario Socialista, una vez más, ofrecemos esa responsabilidad, desde la oposición en este caso, conscientes del imprescindible consenso que se requiere en esta materia. Hago referencia solo a algunos de estos retos que percibimos con toda nitidez, que tenemos por delante y que tenemos que abordar con cierta premura. Son los siguientes. En primer lugar, hay una falta de recursos apropiados para llevar a cabo las políticas públicas que se quieren abordar y que la ciudadanía necesita. No pensamos que las administraciones públicas de nuestro país estén sobredimensionadas, en absoluto; ni lo están en términos comparativos con otros países ni lo están por las necesidades crecientes de los ciudadanos de recibir servicios por parte del sector público de nuestro país. Hay también un riesgo de privatización de la gestión de servicios públicos, fundamentalmente aquellos que constituyen el núcleo duro del Estado del bienestar, a partir del falso dogma de una mayor eficiencia de la gestión privada. En segundo lugar, manteniendo unas tasas de reposición del 0 %, será difícil que por parte de los empleados públicos se ofrezcan estos servicios. Por tanto, acabaremos cayendo irremediablemente en esta privatización. En tercer lugar, hay un problema también de pérdida de la consideración de la Administración como un elemento de cohesión social. En cuarto lugar, hay peligro de des-motivación de los empleados públicos, causada tanto por unas menores perspectivas de progreso en su carrera profesional como por la reducción de sus retribuciones, y ahora también tienen que soportar las frases de desprestigio que deslizan constantemente los miembros del actual Gobierno. Y hay también otro elemento preocupante, como es la desincentivación de posibles candidatos al acceso a la Función pública como consecuencia de las exiguas ofertas de empleo público, lo que puede llevar también a un envejecimiento y a una descapitalización de la Administración si la situación de reducción de las ofertas de empleo público se mantienen largo tiempo. Nos tememos que, por los antecedentes en los gobiernos anteriores del Partido Popular, ese será el caso.

El Grupo Parlamentario Socialista, partiendo de la conciencia de la necesidad de austeridad y desde la responsabilidad, como decía hace un momento, presenta un conjunto de enmiendas para su aprobación; y digo para su aprobación, porque pensamos honestamente que ofrecen un buen equilibrio entre la necesidad de austeridad pero también para cubrir las necesidades mínimas de los ciudadanos. Paso por ello a defender las enmiendas que mi grupo ha presentado. En primer lugar, elevamos la oferta de empleo público general del 0 % al 10 %. Es un porcentaje ciertamente modesto y excepcional, porque la coyuntura para este año así lo exige, pero para nada tiene que ser algo que se mantenga en el tiempo. Hacemos un esfuerzo de aplicar criterios muy estrictos de austeridad, pero buscamos al mismo tiempo priorizar y cubrir plazas allí donde sea necesario y evitar así la descapitalización de la Administración pública de nuestro país. Además, esta enmienda permitiría continuar con los procesos de consolidación de empleo respecto de funcionarios interinos que llevan muchos años prestando servicios en la Administración. En segundo lugar, elevamos la oferta de empleo público para aquellos sectores exceptuados, por considerarlos prioritarios, del 10 al 30 %. Para garantizar la prestación de los servicios esenciales fijados en el 23.1.2, es necesario que al menos las ofertas incluyan el 30 % de las vacantes, siendo conscientes de que continúa siendo un porcentaje insuficiente. En tercer lugar, añadimos dos sectores que el Gobierno no ha incluido como prioritarios, entiendo que por descuido, y pensamos que debe ser un descuido porque son necesidades evidentes para la ciudadanía, evidentes para todas sus señorías. Por un lado, la Administración de Justicia, de acuerdo con la Ley 38/1988, de Demarcación y de Planta Judicial. Es claro que el servicio público judicial no está a la altura de las necesidades de los ciudadanos y, por tanto, no tiene ningún sentido que se les aplique un 0 % de la tasa de reposición, es decir, cubrir cero de las vacantes que se produzcan en este sector. Por otro lado, el segundo gran ámbito que pensamos que debería incluirse y, por tanto, que se le aplicara este 30 % de tasa de reposición es el sistema de ciencia y tecnología, es decir, universidades públicas, organismos públicos de investigación y la Agencia Estatal CSIC, en cuanto a su personal docente e investigador, porque la pérdida de capital humano en este sector no podría recuperarse en el futuro por un mero aumento de recursos, por lo que es preciso evitar que esta pérdida irrecuperable se produzca. De ello depende en parte el futuro de nuestro país. Finalmente, proponemos una nueva disposición adicional con el objetivo de que el Gobierno presente en el Congreso de los Diputados, anualmente, un estudio de necesidades de recursos humanos de la Administración General del Estado tras un intenso y riguroso estado de la situación de las plantillas de personal. Si queremos que la oferta de empleo público de las administraciones públicas responda a criterios de racionalidad, equilibrio, proporcionalidad, austeridad y garantía de funcionamiento de los servicios públicos para los ciudadanos es imprescindible contar con esta información. Ya no solo que cuente con ella este Congreso de los Diputados, sino que la propia Administración pueda tener estos datos con claridad.

Para terminar, querría hacer alusión también a la enmienda 797, referida a la prohibición de las aportaciones a planes de pensiones recogida en el artículo 22 de la ley de presupuestos. Por lo que he entendido en el debate y en la intervención del señor Azpiazu, es equiparable a una enmienda presentada por el PNV. En esta prohibición de aportar cantidades a estos planes de pensiones no se especifica que afecte solo a planes de pensiones destinados a la cobertura de la contingencia de jubilación, que es el objetivo, por lo que quedan también prohibidas las aportaciones a la cobertura de otras contingencias, de riesgos como la invalidez o el fallecimiento. Así, algunos empleados públicos no solo se verán afectados por no recibir aportaciones a planes de jubilación estrictamente sino que también quedarán sin cobertura las otras contingencias. Por tanto, pedimos al Gobierno y al grupo parlamentario que le da suporte, al Grupo Popular, que modifiquen este grave error generador de discriminación y que acepten la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Socialista. Gracias.
(Intervención en pleno - Día 21 de mayo de 2012)