dimecres, de juny 17, 2009

MELILLA: TIERRA DE ALIANZA DE CIVILIZACIONES




(Intervención en la Comisión mixta para la Unión Europea 16/06/2009)


El grupo parlamentario socialista considera esta proposición no de ley especialmente oportuna y adecuada.

Tuve oportunidad de conocer bien Melilla en un viaje que hicimos un grupo de diputados del Congreso para acercar así la Península a Melilla. Fuimos en el marco de unas jornadas organizadas por el Partido Socialista llamadas “Comprometidos con Melilla” para conocer mejor una realidad que nos queda lejos geográficamente, pero no políticamente y no en cuanto al compromiso que los socialistas sentimos con la ciudad. Dionisio Muñoz, el secretario general del PSOE allí nos permitió conocer, dialogar y aprender de los ciudadanos melillenses.

Una de las cosas más palpables del viaje fue −además de las joyas arquitectónicas modernistas que hay diseminadas por toda la ciudad− precisamente como la realidad de allí nos muestra una tierra que es encrucijada de culturas, de civilizaciones, de lenguas, de tradiciones… y cómo la convivencia con toda esa riqueza y diversidad es posible.

Sin duda, uno de los retos del siglo XXI va a ser la gestión de la complejidad, la gestión de la diversidad, la gestión de la diferencia. Intentar homogeneizar el mundo es y va a ser imposible. Pero es que además de imposible, empobrecedor, conservador y poco ambicioso. Solo el miedo al diferente nos conduce a intentar combatirlo, a identificarlo como un problema, como un enemigo. Y ese no es el camino, porque es un camino sin salida.

En un mundo global como en el que estamos la apuesta por el respeto a la diferencia es un elemento fundamental, para evitar conflictos, pero también para resolver conflictos existentes enquistados. Y esta es la apuesta que hemos realizado desde el gobierno. Frente al choque de civilizaciones, que supone una actitud determinista y de resignación frente a las dificultades, apostamos por el entendimiento, apostamos por el diálogo y la alianza.

Desde esta concepción el Presidente del gobierno lanzó ya la anterior legislatura un concepto que pretende poner las bases relacionales entre los países: el concepto de la Alianza de Civilizaciones. Desde nuestro punto de vista muchas son las organizaciones internacionales que han estado trabajando en esa dirección durante décadas (pensemos en la propia Naciones Unidas o la UNESCO) haciendo que el conocimiento cultural, étnico, lingüístico, religioso ayudara al entendimiento mutuo, al respeto y a la paz.

Con la propuesta del gobierno de España de la Alianza de Civilizaciones, no se proponía tan solo un mero diálogo entre civilizaciones, sino un compromiso activo. Esto es, una acción frente a la intolerancia, el radicalismo o el fundamentalismo y al mismo tiempo una acción también por el reconocimiento, el respeto, el encuentro y la paz.

Lo podríamos resumir en dos premisas fundamentales que pronunciamos poco y que en abstracto podríamos formular de la siguiente manera:

1. debemos centrarnos en las similitudes, en lo que compartimos, más que en las diferencias o los conflictos (por ejemplo, todas las religiones tienen en común grandes conceptos: el amor al prójimo, la misericordia, la justicia…).

2. debemos pensar en todo lo que podemos aprender del otro (tener claro que es una relación bidireccional) y, al mismo tiempo, qué es lo que nos gustaría que el otro aprendiera de nosotros.

En este sentido, hay unos temas que debemos trabajar con absoluta prioridad:

Educación: el conocimiento del otro, el tener instrumentos intelectuales para enfrentarse a cualquier análisis, es imprescindible. La potencialidad de un país depende directamente de la formación que alcancen sus ciudadanos.
Juventud: es la franja poblacional por la que hay que apostar. Es importante que tengan posibilidad de formarse bien, pero al mismo tiempo, de viajar y de conocer. El intercambio y el poder construir relaciones personales con gente de otras sociedades será fundamental para la futura construcción de un diálogo fluido entre civilizaciones.
Religiones: debemos ser capaces de identificar acciones concretas que podamos desarrollar de forma común para construir en colaboración una seguridad compartida. La aportación espiritual, moral y social de las religiones, tal como hemos comentado, pueden tener mucho en común.
Medios de comunicación: son un instrumento primordial para fomentar el conocimiento mutuo de las distintas religiones, culturas y sociedades en general. Puede contribuir a hacer desaparecer las divisiones o las confrontaciones. Las nuevas tecnologías sin duda pueden contribuir también a un mayor entendimiento intercultural. Aun así, no olvidemos que también los medios pueden contribuir a todo lo contrario, reforzando estereotipos y dividiendo todavía más a las sociedades. Debemos trabajar para que esto último no ocurra.

Así, la ciudad autónoma de Melilla puede representar muy bien estos valores de convivencia y de entendimiento. Geográficamente la ciudad está en el continente africano, haciendo frontera con un país musulmán, con otra religión por tanto, otras costumbres, otra cultura, otras lenguas.

En este sentido, el punto primero de la iniciativa parlamentaria nos parece adecuado, puesto que es de manera singular una muy buena representación de la diversidad cultural mediterránea.

Respecto al segundo punto el grupo parlamentario socialista ha presentado una enmienda de modificación, ya que el redactado inicial no parece viable.

Nos parece pertinente apostar por hacer más presente a Melilla en la actividad de la Unión Europea. Por ello instamos al gobierno a que durante la presidencia europea se trabaje para que Melilla sea punto de encuentro para la celebración de foros de debate o seminarios en el ámbito de la cooperación de la UE.