dimecres, de gener 10, 2007

PROGRAMA LEGISLATIVO DE LA COMISIÓN EUROPEA PARA 2007


Lo primero que me gustaría destacar son los 4 grandes objetivos que la Comisión Europea ha establecido para este año:

1. promover la prosperidad de Europa y la modernización de la economía europea haciendo especial hincapié en la energía.
2. la solidaridad, la protección ambiental y el bienestar de los ciudadanos como complemento necesario del crecimiento y el empleo.
3. lograr un alto nivel de seguridad, justicia y protección de los ciudadanos.
4. que Europa disponga de una voz potente e independiente en el mundo.

Me quedo con el último objetivo estratégico. No está mal como declaración de intenciones, pero está claro que si no lo llenamos de contenido con propuestas concretas no significa absolutamente nada. España debe de ser contundente, al menos en dos políticas concretas que deben de pasar a ser políticas comunes de todos los Estados Miembros: política exterior y política de seguridad y defensa.

Respecto a los temas de futuro en los que deberíamos poner especial énfasis, y que están también en la agenda que marca el ejecutivo comunitario, son a mi entender:

1. Cambio climático y medio ambiente: la responsabilidad de los europeos en esta materia me parece paradigmática. Somos los que mejor vivimos, y precisamente por ello, los que más posibilidades tenemos de hacer frente a un reto de esta magnitud. Sólo hay que pensar una cosa: si nos cargamos el mundo desaparece también el resto.
2. Política energética: seguramente uno de los bienes más escasos y del que no somos en absoluto autosuficientes. ¿Lo podemos usar como moneda de cambio y tragar con la vulneración de Derechos Humanos de los países suministradores?
3. Inmigración: el bienestar, la calidad de vida y el respeto a los derechos fundamentales de los individuos deben de ser valores universales, sin fronteras.

Para ello esperemos que funcione la nueva política de vecindad, que pretende atacar los problemas de la pobreza desde su raíz.

Una última reflexión, formal, pero esencial: urge que la legislación europea se dote de mecanismos de transparencia que permita tener la visibilidad suficiente como para que los ciudadanos la perciban. En parte, la legitimidad y la reactivación de la construcción de una Europa unida dependen de ello.