No hay otra alternativa que empezar con un mensaje de esperanza y de compromiso con la paz en la zona, pero al mismo tiempo de urgencia. Llevamos demasiado tiempo con el conflicto y la desazón y el cansancio que genera en la comunidad internacional son preocupantes, pero el destrozo de generaciones enteras en ambas comunidades es irrecuperable.
Cuando oyes hablar de las 3 generaciones de refugiados palestinos que siguen siendo dependientes de la ayuda de instituciones como UNRWA (que sigue haciendo una labor encomiable), cuando ves las propias condiciones en las que viven los palestinos, o cuando ves los israelíes jóvenes (hombres y mujeres) armados en el autobús, conscientes de vivir en guerra, te das cuenta de que la situación es insostenible: pero no ya políticamente o geostratégicamente, sino humanamente.
Por ello, urge abrir un espacio para la política y para la diplomacia, para la razón y para el respeto a una legalidad que la Comunidad Internacional debe conseguir imponer con la misma contundencia a todas las partes.
Así, es urgente que se reactive el proceso de paz, pero más que hablar de proceso de paz habría que hablar ya de los pasos definitivos que hay que dar para llegar a un estadio de estabilidad de paz. Así, dejemos de hablar del “proceso” de paz, concepto que por su uso continuado ha sido vaciado de contenido y hablemos ya de cómo “alcanzar” la paz. Para ello hay que conseguir llegar a:
1. la existencia de dos estados democráticos: seguros y con fronteras estables y justas, con garantía de acceso de recursos básicos como el agua…
2. un marco de paz global, justa y duradera entre todos los países árabes e Israel a través de un diálogo político.
3. creación de un horizonte de respeto y de convivencia; de conciencia de pertenecer a una región y de ser capaces de involucrarse en ella (no como ahora que Israel parece que viva en una isla)
respeto absoluto a las resoluciones de Naciones Unidas y a la legalidad internacional.
Por otro lado, hay que hablar también de las circunstancias actuales. Si bien es cierto que no podemos volver a hablar tampoco de “ventana de oportunidad” no podemos negar que estamos ante una coyuntura que no podemos desaprovechar y que marca una diferencia sustancial respecto a escenarios anteriores: y es una administración norteamericana con una voluntad política clara de resolución del conflicto en la zona y de implicación y, sobre todo, con una legitimidad y una credibilidad frente a las dos partes que no se había dado hasta ahora.
La UE tiene que ser capaz de impulsar conjuntamente con EEUU esta esperanza: si en algún tema es imprescindible el multilateralismo es en este.; si en algún tema la UE debe configurar una posición común en política exterior es en este; si en algún tema hay que dejar de lado el tacticismo es en este.
Esta actuación urgente nos tiene que llevar a:
Defender juntos el relanzamiento de las negociaciones a diferentes bandas entre Israel y Palestina entre Israel y Siria, pero también con Líbano.
Para esto hacen falta medidas que den confianza a ambas partes como por ejemplo que
- se produzca la congelación de los asentamientos (aunque todos son contrarios al derecho internacional, tal como ha defendido Naciones Unidas) y que esta congelación o disminución de asentamientos progresivamente sea verificable de acuerdo con lo establecido en la hoja de ruta y de acuerdo con lo establecido por el propio Presidente Obama.
- Se produzca también el reconocimiento de la existencia de 2 Estados democráticos por parte de Netanyahu y aquellos sectores israelíes que todavía no están dispuestos a hacerlo.
Los países árabes den los pasos previstos en la hoja de ruta hacia la paz con Israel.
HABLEMOS DE GAZA (por su actualidad, por lo que podría tener de ejemplaridad)
En primer lugar, no puedo dejar de mostrar gran preocupación porque la situación no ha avanzado como hubiese sido deseable.
El Ministro Moratinos hablaba de la necesidad imperiosa de llegar a las 4 “erres” que me parece una manera muy gráfica de referirse a los puntos esenciales en los que hay que poner el énfasis:
- La reconstrucción (viviendas dignas, infraestructuras que garanticen la movilidad, infraestructuras educativas sanitarias…).
- La reapertura (hay que abrir la zanja) para que llegue la ayuda humanitaria.
- La reconciliación entre los palestinos. Está claro que el enfrentamiento entre ellos no les ayuda en nada.
- El retorno a la voluntad de alcanzar la paz lo antes posible, pero también (y esto seguramente es lo más importante) el retorno de los palestinos que siguen en el exilio, en la medida que son la potencial clase media de profesionales que podrían transformar el país.
En este sentido la resolución 1860 del Consejo de Seguridad recoge muy bien los objetivos que hay que perseguir, que no son otros que los ya remarcados: cese de fuego y violencia, retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza, asegurar el suministro y distribución de asistencia humanitaria, en definitiva, trabajar para una paz estable y duradera en la zona.
Tema de HAMAS: se presentó a las elecciones y ganó en unos comicios validados por la comunidad internacional que estuvo como observadora electoral. La campaña la gana hablando de cambio y sobre todo debido a la ocupación de Israel, pero sin pronunciarse sobre las cuestiones básicas que se le pedían.
A Hamas se le pide: reconocimiento de Israel; reconocimiento de los Acuerdos firmados ya por la OLP y la renuncia inmediata y absoluta de la violencia. Es después de haber ganado las elecciones que dice que no a todo, de manera que no practica una política continuista respecto a gobiernos anteriores y decide tirarlo todo por la borda.
Los propios palestinos se sienten engañados, ya que muchos moderados votaron a HAMAS pensando que iba a tener otra actitud cuando fuese partido de gobierno.
Principalmente en estos momentos lo que se le pide a Hamas es el reconocimiento de los acuerdos, pero ellos dicen que “respetan los acuerdos, pero que no los van a cumplir”… ¡¡¡esto no es aceptable!!! Entiendo que políticamente ellos sean reticentes a esta aceptación de los acuerdos, en la medida que fue lo que hizo precisamente la OLP y en ese momento empezó su propia decadencia… les da miedo que les pase lo mismo. Pero en cualquier caso, lo dicho: inaceptable.
Me parece especialmente importante destacar de nuevo: La división entre Gaza y Hamas; y Cisjordania y Fatah no tiene sentido, no conduce a nada, debilita la posición de Palestina y su credibilidad y viabilidad como Estado.
LA IMPORTANCIA DE SIRIA Y LÍBANO
Siria es sin duda una de las piezas clave en la zona, en la medida en que el conflicto con Israel tiene una base territorial muy fuerte (los Altos del Golán) y no tiene problemas de otro tipo, como refugiados, etc.
Sin duda, un acuerdo con Siria daría a la zona una estabilidad importantísima.
Para eso Siria tiene que dar un paso imprescindible: renunciar a la relación con Irán y Hizbollah.
Con respecto a Líbano, importante citar la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la necesaria aplicación constante de todo su contenido:
· Cesación del alto al fuego
· Respeto de la línea azul
· Desarme de todos los grupos armados del Líbano
· Ninguna venta de armas
· Determinar y hacer cumplir el claro mandato a la FPNUL
Es cierto que las partes incumplen en gran medida lo que la resolución indica, por lo que hay que hacer un mayor esfuerzo en esta dirección (por ejemplo, Israel sobrevuela el espacio aéreo libanés constantemente).
España está comprometida e implicada profundamente en esta cuestión en concreto. Han muerto 6 soldados españoles por dar cumplimiento a esta resolución y continuaremos presentes en la zona.
IRÁN
Por su tamaño, su envergadura y su influencia en los países árabes Irán es un país clave en la zona. Sin duda, su inestabilidad, ahora mayor que hace unos meses, y su actitud de reto permanente a occidente con el tema de las armas nucleares no ayuda.
Estoy segura que la resolución del conflicto árabe-israelí ayudaría a conseguir un alineamiento estratégico que frenara la proliferación nuclear. Muy al contrario de lo que muchos defienden o piensan.
CONCLUSIONES
Todos los conflictos de la zona están relacionados, pero el principal es el árabe-israelí: todo lo condiciona.
La región hay que concebirla como un espacio de vasos comunicantes en el que el conflicto palestino-israelí es un flujo continuo de inestabilidad que es utilizado de forma recurrente por las partes a la hora de justificar su no contribución a la paz como sujetos proactivos de la misma. Esto es aplicable a todas las partes, a los israelíes y a los árabes y palestinos. Precisamente la voluntad de ser proactivo ha de ser interpretada como un test de calidad a la hora de valorar y apreciar la sinceridad con la que se quiere contribuir definitivamente a la resolución del conflicto/s.
ASIGNATURAS PENDIENTES (o errores) DE PALESTINA
(Demostrar que son un Estado viable y que son capaces de articular institucionalmente un Estado democrático)
El incremento de la fuerza de los extremismos va en detrimento de avanzar hacia un escenario de paz.
La verdad es que el fracaso de los extremismos (pienso principalmente en HAMAS) se ha puesto de manifiesto de manera cruenta (igual que se pone de manifiesto en todo conflicto). Los extremismos no pueden entenderse con los otros y por eso mismo están condenados a no avanzar. La inflexibilidad en las posiciones y la legitimidad de la violencia, especialmente la que tiene un origen terrorista, nunca puede ser objeto de disculpa.
Palestina tiene unos lastres operativos que por el momento siguen pesando extraordinariamente, sobre todo en la desestructuración institucional de su comunidad y la ausencia de un tejido social propicio a soluciones no violentas (por ejemplo falta de una clase media más o menos consolidada con capacidad de interlocución y presencia públicas). Seguramente hay razones para que así sea, pero no quiero entrar ahora en ello…
También es cierto que los moderados, a su vez, fracasaron:
1. Fatah no supo renovarse y dar paso a generaciones más jóvenes y más cualificadas.
2. hubo corrupción en los asuntos públicos y una mala gestión de la propia imagen de la causa que defendían ante la comunidad internacional.
3. no hubo avance en el proceso de paz (Arafat se cerró en banda y en 1979 con los Acuerdos de Camp David de Israel con Egipto no se acaba de dar el paso definitivo), enrocándose en un papel de víctima –más o menos justificada- a la hora de tomar medidas que contribuyeran a andar en la dirección de la paz (aquí hay que recordar, por ejemplo, la seriedad de Anuar El-Sadat cuando afrontó personalmente su voluntad de llegar a los acuerdos de Camp David, reconociendo por primera vez por parte de un país árabe el Estado de Israel).
El peso de la religión que va en aumento, la desaparición de la idea de poder crear un Estado Palestino laico también nos aleja del objetivo deseado, puesto que es uno de los elementos esenciales, desde mi punto de vista, de todo Estado moderno.
Sin duda, la confrontación y la división entre HAMAS y FATAH en estos momentos no ayuda a Palestina y a sus ciudadanos. Esta incapacidad de diálogo y de colaboración entre ellos contribuye a poner en cuestión que la autoridad nacional palestina acabe convirtiéndose en un Estado viable.
ASIGNATURAS PENDIENTES (o errores) DE ISRAEL
La atomización de la sociedad israelí en los últimos tiempos y la dificultad de articular mayorías estables que sintonicen con una solución negociada que ponga fin al conflicto son problemas que empiezan a dañar la capacidad de interlocución real de Israel.
El Israel de hoy –especialmente su opinión pública y sus elites dirigentes- está cada vez más lejos del Israel de la fundación en 1948. Vivir bajo un escenario de permanente excepción y de tensión comienza a erosionar la fortaleza interlocutora del país como democracia homologable en términos absolutos con los países occidentales.
El creciente peso de los grupos ultraortodoxos y de los partidos que los organizan políticamente y la creciente debilidad de los partidos tradicionales (pensemos en el LIKUT y los LABORISTAS en su inicio), con rencillas internas que a veces son enfrentamientos de clanes, daña la imagen del Estado de Israel, laico y sionista, que nació el 15 de mayo de 1948. Esto es especialmente significativo debido a la pujanza de los emigrados provenientes de los antiguos países comunistas. Israel parece que está asumiendo una doctrina del “todo o nada” que impide soluciones de compromiso y negociación donde no puede haber vencedores o vencidos absolutos y todos tienen que hacer el esfuerzo de alcanzar acuerdos sobre la base de renuncias.
¿Hasta qué punto la democracia israelí es internamente lo suficientemente estable y homogénea en su articulación social como para, primero, alcanzar un acuerdo y, segundo, garantizar su cumplimiento duradero como sucedió, por ejemplo, en 1979 con los acuerdos de Camp David entre Begin y Sadat?
Además de la pérdida también de la idea de la laicidad del Estado (como decía, en 1948 se hablaba de la creación de un Estado laico y sionista y en estos momentos se reclama el reconocimiento de un Estado judío) desde mi punto de vista hay otro punto débil de Israel que hay que añadir y que tiene que ver con algo tan profundo y preocupante como es la vulneración de los derechos humanos:
Bloqueo de Gaza: no deja llegar la ayuda humanitaria, restricciones de agua y electricidad, generación de más pobreza, generación de tasas de paro altísimas….
Construcción del muro; establecimientos de controles que impiden la movilidad real de los palestinos, destrucción de infraestructuras, detenciones numerosas y constantes…
O los más de 1300 civiles muertos en Gaza.
Este estado de cosas provoca que la opinión pública occidental vea dificultades a la hora de considerar la democracia israelí como una democracia plenamente homologable de acuerdo con los principios y los valores que manejamos. De este modo se daña la imagen de Israel al sufrir un descrédito internacional. Es cierto que hay datos de enorme valor que pueden desandar esta tendencia, así, por ejemplo, la movilización que las ONG y la sociedad civil israelí sigue viva y activa; pienso en el gran trabajo que en este sentido han hecho y hacen la sección israelí de Amnistía Internacional, el Centro Legal para Derechos de las Minorías Árabes en Israel (Adalah), Planificadores de Derechos (Bimkom), Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B'tselem), Centro Legal para la Libertad de Movimiento (Gisha), Centro para la Defensa de las Personas (Hamoked), Médicos por los Derechos Humanos, Comité Público contra la Tortura en Israel y Voluntarios para los Derechos Humanos (Yesh Din) entre otros.
Aún así, tenemos que ser honestos con nosotros mismos: no podemos hacernos trampas. Por eso he querido remarcar cuestiones que quizás no nos gusta mucho oír, pero que es necesario explicitar, y es que tanto a Palestinos como a Israelíes, como a la Comunidad Internacional, nos queda trabajo que afrontar: hay problemas, debilidades, contradicciones, retos de futuro, en definitiva, de los que depende en gran medida llegar a una situación de paz estable en la zona.
Espero que seamos capaces de hacerlo juntos.
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